¿Qué es mejor en una reunión: hablar o escuchar?

Saber comunicarse es clave. Y en las reuniones de trabajo, suele surgir una pregunta interesante: ¿es mejor destacar como orador o ser un buen oyente? La respuesta no es tan simple, porque ambas habilidades son necesarias. Lo importante es aprender a equilibrarlas. Y para lograrlo, también influye el entorno: elegir bien dónde reunirse puede marcar la diferencia.

¿Qué es mejor en una reunión: hablar o escuchar? Ventajas y desafíos. 

En este artículo exploramos los beneficios y retos tanto del que toma la palabra como del que escucha, y cómo espacios como nuestras salas de reuniones en Madrid pueden favorecer ese equilibrio.

Ser orador: ventajas y desafíos.

Quien domina el arte de hablar en público tiene la capacidad de liderar, inspirar y marcar el rumbo de una reunión. Saber expresar ideas con claridad, defender argumentos o presentar propuestas es una habilidad muy valorada, especialmente en reuniones donde se toman decisiones clave.

Ventajas de ser un buen orador:

  • Transmite confianza y liderazgo.
  • Facilita el avance de la reunión con propuestas concretas.
  • Da visibilidad a las ideas y al trabajo realizado.
  • Genera impacto e influencia dentro del equipo.

Desafíos del orador:

  • Cuidar de no monopolizar la conversación.
  • Escuchar activamente antes de responder.
  • Saber adaptar el mensaje al público y al contexto.
  • Evitar hablar por hablar: cada intervención debe tener un propósito.

Saber escuchar: ventajas y desafíos.

Escuchar no es simplemente oír. La escucha activa requiere atención, empatía y comprensión. Quien escucha bien, capta mejor las necesidades del equipo, identifica puntos clave y aporta soluciones más acertadas.

Ventajas de un buen oyente:

  • Fomenta un ambiente de respeto y colaboración.
  • Permite comprender antes de juzgar o proponer.
  • Enriquece las decisiones al integrar distintas perspectivas.
  • Detecta detalles o problemas que pueden pasar desapercibidos.

Desafíos de quien escucha:

  • No quedarse en un rol pasivo; saber cuándo intervenir.
  • Gestionar las interrupciones o distracciones.
  • Asegurarse de que su voz también sea escuchada cuando es necesario.

La clave está en el equilibrio.

Las reuniones más eficaces no son las que tienen a un gran orador ni a un público silencioso, sino aquellas donde hay un diálogo fluido, participativo y equilibrado. Saber cuándo hablar y cuándo escuchar es un signo de inteligencia emocional y madurez profesional.

En equipos diversos, donde cada voz puede aportar valor, este equilibrio se convierte en una herramienta estratégica.

El espacio también importa.

Para que ese equilibrio funcione, el entorno donde se desarrolla la reunión es fundamental. En Factoría Meeu, contamos con diferentes salas de reuniones en Madrid pensadas para facilitar tanto la participación como la concentración. Espacios luminosos, cómodos, bien equipados y con una distribución que favorece el diálogo.

Ya sea una reunión de brainstorming, una presentación de resultados o una sesión de formación, nuestras salas permiten que tanto el orador como los oyentes den lo mejor de sí.

¿Y tú? ¿Te sientes más cómodo hablando o escuchando en tus reuniones? Sea cual sea tu perfil, recuerda que ambas habilidades se complementan, y que un buen espacio puede ayudarte a sacarle el máximo partido a cada encuentro.

Si buscas salas de reuniones en Madrid donde tu equipo pueda comunicarse mejor, en Factoría Meeu tenemos la solución ideal.

«Hablar es una necesidad, escuchar es un arte.»
Goethe

En Factoría Meeu, creemos en el poder del equilibrio entre expresión y escucha. Y también creemos que cada reunión merece el espacio adecuado para que las ideas fluyan.

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Descubre nuestras salas de reunión.

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  • Servicio de catering y área social.
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